AMANDA TOOD Y LOS LÍMITES ENTRE LO PRIVADO Y LO PÚBLICO

Cuando leí que debíamos seleccionar una noticia en internet en la que se hable de las consecuencias negativas que ha tenido para un usuario la publicación ilícita o descuidada de un dato personal para el NOOC #Protégeteenred, no dudé ni un momento: me vino a la mente la historia de Amanda Todd. Os dejo el vídeo, por si no conocéis la historia:


El bullying es algo que siempre ha existido. No tengo la constancia de cuándo se acuñó ese término, pero estoy segura de que casi todas las personas, independientemente de la edad que tengamos, conocemos algún caso (o lo hemos sufrido). ¿Qué es lo que ha cambiado? El medio. Ahora, tenemos un altavoz para esas palabras o actos hirientes: internet.

Pero no podemos olvidar que el medio no es el culpable de que haya casos como éste. Cuando he impartido talleres con alumnado del último ciclo de primaria, siempre he querido trabajar esa idea. A veces, lo explico con un sencillo ejemplo: un balón. ¿Es peligroso un balón? Todo el mundo responde que no. Pero... ¿y si te acercas mucho a alguien y le estampas un balón de baloncesto con todas tus fuerzas en la cara? Duelo solo de pensarlo... Entonces, no dudamos de la peligrosidad del balón, sino de la persona que tenía el balón en la mano. Con internet ocurre lo mismo: la herramienta, en sí, no es la causante de los problemas, sino el uso que hacemos de ella. De ahí la importancia de educar, no de prohibir.


Y en esa educación es donde debemos trabajar los límites entre lo privado y lo público. Y no hablo exclusivamente del alumnado de primaria o secundaria, sino de una educación mediática para todas las personas que usamos la red. En esa educación, y tomando como base este artículo de Tíscar Lara, debemos distinguir entre lo privado y lo publico, lo personal y lo profesional. Quizá el discurso sobre diferenciar lo privado y lo público sea más conocido. Hay muchas metáforas para poder entender la diferencias: no abras la puerta de tu casa a extraños en internet, por ejemplo. O este otro vídeo:


Pero también debemos reflexionar sobre lo personal y lo privado, y saber diferenciarlo. Como indica Tíscar, "lo privado es distinto de lo personal. Pueden coincidir, pero no son sinónimos. (...) Privado debería ser todo aquello que queremos dejar en el ámbito más íntimo". Eso es lo que NO debemos publicar: no se lo diríamos a nadie (o a muy pocas personas), por lo que no podemos dejar que se escape de nuestro control en internet.

Para mí, lo más importante es entender que el mundo digital no es irreal: lo que pasa en la red es real, lo bueno y lo malo, por lo que debemos actuar como en el mundo analógico. Hay que tomar medidas, como cuando miramos a ambos lados de la carretera para cruzar un paso de cebra.

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